William Boyd, cuarto conde de Kilmarnock: un masón, un patriota y un mártir

                                                                                     

William Boyd, cuarto conde de Kilmarnock, nació el 12 de mayo de 1705 en Kelso, Escocia. Era un par escocés, educado en Glasgow y casado con Lady Anne Livingstone.

Boyd fue un hombre de fuertes convicciones políticas. Era un defensor del gobierno constitucional y de la independencia de Escocia. En 1745, apoyó la causa de Bonnie Prince Charlie, el pretendiente Jacobita al trono británico.

Boyd fue capturado en la Batalla de Culloden en 1746. Fue juzgado por traición y condenado a muerte. Fue ejecutado en Tower Hill el 18 de agosto de 1746.

Boyd fue uno de los últimos tres nobles ejecutados en Gran Bretaña. Su ejecución fue un momento importante en la historia escocesa, y marcó el final de la era Jacobita.

Boyd era un masón activo y comprometido. Fue iniciado en la Logia Kilmarnock Kilwinning No. 0 en 1727. Se desempeñó como Gran Maestre de la Gran Logia de Escocia desde 1742 hasta 1743.

La masonería tuvo un impacto significativo en la vida y obra de Boyd. Sus valores masónicos, como la fraternidad, la igualdad y la justicia, lo inspiraron a luchar por la independencia de Escocia.

William Boyd es una figura importante en la historia de Escocia. Su apoyo a Bonnie Prince Charlie lo convirtió en un símbolo del patriotismo escocés. Su ejecución también fue un momento importante en la historia de la masonería, ya que marcó el final de la era Jacobita.

Boyd es recordado como un hombre de fuertes convicciones políticas, un masón comprometido y un mártir por la causa de la independencia escocesa.

Las últimas palabras de Boyd antes de su ejecución fueron:

“No puedo decir que muera sin remordimientos, pero es por mi país que ahora sufro, y por eso estoy contento”.

Estas palabras resumen el compromiso de Boyd con la independencia de Escocia y sus valores masónicos.